Artículo
@TRIBUNAFIRMA:Pablo T. Spiller
[ P ]El fallo le permite seguir con los
desarrollos integrados, pero no evitará juicios
@CARGO:Catedrático de la
Universidad de California, Berkeley y Director de
LECG.LLC
@TIT-OPINION:Microsoft,¿realmente un ganador?
** Nota **Si y
no. El fallo del jueves pasado de la Corte de Apelaciones del Distrito de
Columbia otorgó un triple éxito a Microsoft. Retiró del juicio al juez Thomas
Penfield Jackson, acérrimo oponente de Microsoft, por repetidas violaciones de
la ética judicial, al comentar públicamente sobre un caso en curso. Eliminó, de
facto, la posibilidad de romper a Microsoft en dos como había propuesto el
Departamento de Justicia, y que el juez Jackson, apresuradamente, y sin
considerar los posibles costos asociados a la misma, aceptó.
De esta manera,
y al margen de otras consideraciones, la Corte de Apelaciones abrió el camino
para que Microsoft pueda seguir desarrollando productos integrados, como lo ha
estado haciendo con su nuevo Windows XP.
El "noö, sin embargo, es también
importante, y potencialmente muy costoso para Microsoft. El "noö es debido a que
la Corte de Apelaciones esencialmente aceptó la casi totalidad de los "hechosö
(findings of fact) que el juez Jackson determinó.
Esto implica que se dejó
intacta la determinación de lo que era el mercado relevante de sistemas
operativos como, a su vez, de que una variedad muy amplia de acciones de
Microsoft fueron anticompetitivas, teniendo como finalidad el mantenimiento de
su monopolio sobre dicho mercado. Esta determinación implica que Microsoft ahora
se enfrentará no sólo con un Departamento de Justicia relativamente más amigable
que durante la administración del presidente Clinton, sino que se enfrentará con
un enemigo más difícil, una multitud de juicios privados, los cuales
aprovecharán la determinación de comportamiento anticompetitivo de la Corte para
extraer de Microsoft compensaciones por daños.
Puesto que comportamientos
anticompetitivos conllevan un sobrecargo relevante, y dado que el resarcimiento
por daños se determina sobre la base de tres veces el daño realizado, la
gerencia de Microsoft se empantanará en una larga serie de juicios costosos por
cada una de las alegaciones del Departamento de Justicia que sobrevivieron a la
determinación de la Corte, limitando el nivel de atención que podrá otorgar a
aspectos de mercado. A su vez, el "noö implica que en la negociación de una
solución con el Departamento de Justicia, los competidores de Microsoft
utilizarán la amenaza de juicios para obtener límites a la introducción de
productos nuevos, en particular en lo que se relaciona con Windows XP.
La
determinación de la Corte de Apelaciones tiene implicancias radicales para el
análisis de antitrust en mercados sujetos a cambios tecnológicos o
estructurales. La Corte rechazó para dichos mercados análisis basados
fundamentalmente en conjeturas de comportamiento futuro, clasificándolas de
especulativas. La Corte se refirió, en particular, a la decisión de partir a
Microsoft en dos. Esta medida, basada no en un análisis pormenorizado de costos
y beneficios, sino en conjeturas tecnológicas y de comportamiento realizadas por
el Departamento de Justicia, fue aceptada literalmente por el juez. En su lugar,
la Corte reivindicó un análisis más tradicional. La Corte enfatizó la necesidad
del análisis ex post de comportamientos, como basarse en conductas específicas,
y no en elucubraciones sobre posibles conductas futuras. El rompimiento de
Microsoft, por lo tanto, no se dará por orden judicial.
La decisión de la
Corte contribuye, a su vez, al fin de un período intervencionista tanto de
antitrust como de regulación. En los últimos años, en medio de un auge
tecnológico inusual, el entorno regulatorio y de antitrust en EE.UU. se volvió
más agresivo, acercándose al europeo, en el cual se da mayor importancia a la
defensa de competidores.
Este ha sido el caso tanto en el área de la
informática como en telecomunicaciones. Coincidentemente, el origen del juicio
contra Microsoft es similar al de la regulación del mercado de banda ancha,
ambos motivados por quejas de competidores ante deficiencias en sus propias
estrategias de mercado. En ambos, la reacción del sector político tendió a
apoyar al competidor. La Corte, al clarificar el estándar para mercados
dinámicos, recupera el motivo del antitrust como defensa del consumidor. No
fijar estándares regulatorios o estructurales ex ante / regular comportamientos
anticompetitivos ex post. Penalizar comportamientos anticompetitivos / no
restringir comportamientos ex ante. En el caso argentino, esta máxima debe ser
utilizada en particular en el sector de telecomunicaciones, el cual enfrenta un
drástico cambio estructural
DIA04 MES07 ANO2001 20010704 ANO01
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